
Por Anthony Vásquez
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AMOR ENTRE TUMBAS
Sentimientos del más allá
Sentimientos del más allá
VIERNES 31 DE OCTUBRE DE 2014
Hay sentimientos que duran tanto, que
hasta el tiempo les envidia...
De familia aristocrática en decadencia y nacida en la Habana en 1879, Amelia Goyri fue una pequeña que vivió gran parte de su infancia entre fantasías, sueños y los bellos jardines donde residía tras la muerte de su madre por orden de su padre, cuando ella apenas tenía 13 años, dejándola en cuidados de su tía. Pasaron los años y en su soledad, Amelia tenía su última luz plasmada en un amor, su primo José Vicente, con quien jugaba desde los siete años y quien ahora dejaba de ser su compañero de juegos para convertirse en dueño de su corazón. |
José Vicente era buen chico, justo lo que
los padres buscan para sus hijas, pero para una familia rica y aristocrática
como la de Amelia, eso no era bien visto y les fue prohibido su amorío, además
Amelia tuvo negado volver a salir de la casa de su tía. Ahí dentro recibiría la
educación necesaria para ocupar su puesto dentro de la alta sociedad.
Por ese tiempo estallaba la guerra de independencia cubana y José a pesar de su juventud se enlistó en el ejercito, pensando en ganarse el honor y reconocimiento necesarios para pedir la mano de Amelia; y lo logró, tras volver de la guerra, José ostentaba el cargo de capitán y contaba con varias condecoraciones, además tenía las puertas abiertas para ocupar altos cargos gracias a ciertas amistades de las trincheras.
Pero para el padre de Amelia, eso no era suficiente y José fue rechazado de nuevo, mas no por ello dejo de ver a Amelia, misma que ahora con más edad tenía libertades y las aprovechaba para verse en las noches a escondidas con su fiel amante.
Meses después el padre de Amelia muere y la tía de ella le concede el permiso para casarse con José Vicente, celebrándose una íntima reunión donde los enamorados ven consumada su fidelidad y resistencia; la que se vería aun más bendecida con la noticia del embarazo de Amelia.
Por ese tiempo estallaba la guerra de independencia cubana y José a pesar de su juventud se enlistó en el ejercito, pensando en ganarse el honor y reconocimiento necesarios para pedir la mano de Amelia; y lo logró, tras volver de la guerra, José ostentaba el cargo de capitán y contaba con varias condecoraciones, además tenía las puertas abiertas para ocupar altos cargos gracias a ciertas amistades de las trincheras.
Pero para el padre de Amelia, eso no era suficiente y José fue rechazado de nuevo, mas no por ello dejo de ver a Amelia, misma que ahora con más edad tenía libertades y las aprovechaba para verse en las noches a escondidas con su fiel amante.
Meses después el padre de Amelia muere y la tía de ella le concede el permiso para casarse con José Vicente, celebrándose una íntima reunión donde los enamorados ven consumada su fidelidad y resistencia; la que se vería aun más bendecida con la noticia del embarazo de Amelia.
La alegría inundaba las vidas de José y Amelia mientras las nubes de la tragedia se aproximaban, llegado el día del parto, este se complica de sobremanera y Amelia junto con su hijo fallecen el 3 de mayo de 1901. Dándole al gran capitán José Vicente la peor derrota de su vida, de la cual no se levantaría nunca, destinando gran parte de su fortuna para los funerales y la construcción de la tumba para su esposa e hijo. A partir del día siguiente, José Vicente inició un ritual que haría durante toda el resto de su vida; apenas despuntar el alba y siempre vestido con traje negro, se iba al panteón a saludar a su esposa; para tal motivo había mandado a poner una argolla afuera de la tumba y la hacía sonar dos o tres veces. Para él, ella estaba dormida y con el sonido de la argolla la despertaba y le platicaba lo que trascurría en su vida, como iban los negocios, la situación y sobretodo el dolor que sentía por su ausencia. Más tarde, cuando se retiraba lo hacía sin darle la espalda, hasta que salía del camposando, esto se repitió ininterrumpidamente hasta 1941 cuando José Falleció. |
Años después se hizo un reordenamiento en
el panteón y al abrir la tumba de Amelia se encontró a su esqueleto abrazando
el de su bebé, cuando había sido enterrados uno al costado del otro, el hecho
asustó a los enterradores y optaron por dejar todo como estaba.
La devoción de su esposo a los largo de los años provocó que muchas más personas imitaran su hábito en la tumba de Amelia, llegando a convertirse en un lugar de peregrinaje para pedirle favores, muchos de ellos aparentemente concedidos y por los cuales le pusieron el sobrenombre de La milagrosa, pero eso ya es otra historia...
La devoción de su esposo a los largo de los años provocó que muchas más personas imitaran su hábito en la tumba de Amelia, llegando a convertirse en un lugar de peregrinaje para pedirle favores, muchos de ellos aparentemente concedidos y por los cuales le pusieron el sobrenombre de La milagrosa, pero eso ya es otra historia...
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