
Por Anthony Vásquez
Cazador de historias
@Thaulh
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GLADYS AYLWARD
La casa de la sexta felicidad #ViernesDeHistorias
La casa de la sexta felicidad #ViernesDeHistorias
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VIERNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2015
El voluntariado siempre ha sido considerado una de las más nobles decisiones que cualquier ser humano puede elegir. Ya sea o no religioso; conlleva optar por una vida en la que se sacrifica el tiempo de uno mismo en pos del beneficio de otros. No siendo un sacrificio penoso, sino todo lo contrario al encontrar en este servicio la realización humana que muchos buscan.
Contagiada desde niña por la nobleza del voluntariado, conocemos a una joven de nombre Gladys Aylward, británica que siendo servidumbre domestica decide aplicar para hacer un gran viaje como voluntaria hasta China. Por aquel entonces una organización no gubernamental manejaba un programa llamado "La Misión a China"; el cual consistía como su nombre lo dice, en mandar a misioneros para difundir la fe cristiana y también para prestar ayuda a quien lo necesitara. Gladys vio la oportunidad de su vida, se inscribió pero pronto se daría cuenta del camino lleno de baches que estaba eligiendo. Su desempeño en la instrucción para antes del viaje fue bajo, así que quedó fuera del mismo. Pero no se dio por vencida y continuo trabajando, esto con el fin de autofinanciarse el viaje y lograr su sueños. Corría el año de 1932 cuando en el andén del ferrocarril, sus familiares se despedían de Gladys, por fin cumpliría su sueño, viajando por el transiberiano dejando atrás occidente para adentrarse en los mantos de oriente. Pero de nueva cuenta, una vicisitud más pondría a prueba su fortaleza. |
Primero el tren vio parada su marcha y ella tuvo que caminar por varias horas a temperaturas congelante, luego vérselas con las autoridades rusas, posteriormente viajar en barco hasta Japón y de ahí hacia las costas chinas. Una vez en China, todavía faltaba viajar con un guía por escarpados y peligrosos caminos que le llevarían hasta un centro donde se reportaría con otros misioneros.
Pasado un tiempo y bajo el mando de la misionera Jeannie Lawson en el albergue "la sexta felicidad" un orfanato donde Gladys pasaba buena parte de su tiempo, solo a excepción de cuando se encontraba difundiendo la fe en poblaciones cercanas. Pero cuando todo parecía ir bien Lawson muere y con ella se van los fondos de apoyo; recordemos que Gladys no era "misionera oficial" así que tuvo que buscar fondos por su cuenta, los cuales por fortuna encontró en el gobierno chino, el cual le dio un cargo y años más tarde la nacionalidad.
"La sexta felicidad" y Gladys fueron muy exitosos, ya que su pasión era palpable al velar por "sus niños". Pero otra vez algo empañaría su éxito, la guerra chino japonesa alcanzaría en 1938 la zona de la casa hogar y Aylward tendría que huir con casi una centena de niños por las montañas, sufriendo hambre, frío y cansancio. En las vías del tren fue que encontraron una gran ayuda cuando una locomotora con vagones de carga se detuvo y les permitió subir, llevándolos hasta Hwo Chow, donde les fue más sencillo llegar a una aldea segura en Fufeng. Una vez más la tenacidad de Gladys había vencido las adversidades, pero una nueva lucha le esperaba nomas llegar a dicha aldea, su cuerpo estaba muy cansado y un contagio de tifoidea la puso al borde de la muerte, La muerte tampoco venció a la valiente Gladys en aquella ocasión, recuperándose y volviendo a Londres, pero solo un tiempo ya que después trató de volver a China, pero el régimen comunista le prohibió la entrada, optando en ese caso por ir a Formosa (actual Taiwán) donde continuó con su loable misión en pos de los niños de la calle hasta su fallecimiento en enero 3 de 1970. |
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