
Por Anthony Vásquez
Cazador de historias
@PalmerCore
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EL ASOMBROSO ESCAPE
De Jan Baalsrud #ViernesDeHistorias
De Jan Baalsrud #ViernesDeHistorias
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VIERNES 10 DE ABRIL DE 2015 Marzo de 1943, un pequeño y viejo barco pesquero de nombre “Brattholm” se movía lentamente sobre las heladas aguas, en el profundo silencio solo el traqueteo del motor era acompañante del acelerado corazón de los tripulantes; saboteadores de la resistencia noruega con la misión de dejar inutilizado un aeródromo alemán ubicado en el puerto de tromso, el cual estaba ocupado desde 1940 y era de vital importancia dejarlo inutilizado.
Todo transcurría como lo planeado, Jan Baalsrud el líder de la operación, y sus acompañantes estaban cerca de una pequeña isla donde aguardarían para realizar el ataque. Pero todo dio un giro inesperado cuando fueron avistados por un navío alemán que patrullaba la zona, como sus únicas armas eran los explosivos no tuvieron más opción que huir, dejando una carga explosiva activada para hundir su propio barco y así también distraer por unos instantes a sus perseguidores. |
La distracción funciono y Jan junto con sus compañeros logró llegar a salvo hasta una orilla cercana, acompañados por una lluvia de metralla que por fortuna no hizo blanco certero en ellos; de inmediato corrieron por la pantanosa isla, perdiéndose entre ellos mismos. Jan atravesó y nado hacia otras islas buscando llegar a tierra firme y luego tomaría rumbo hacia Suecia, país que era neutral, solo ahí podría estar seguro.
Tras varios días de camino, Jan se encontraba agotado y herido, una bala le había amputado él dedo gordo del pie derecho, solo el congelamiento provocado por la falta de su bota le permitía soportar el dolor; pronto quedo desmayado cerca de una playa, lugar donde fue encontrado por compatriotas suyos, una familia de pescadores que le brindo alojamiento pese a que darle refugio los ponía en riesgo.
Tras varios días de camino, Jan se encontraba agotado y herido, una bala le había amputado él dedo gordo del pie derecho, solo el congelamiento provocado por la falta de su bota le permitía soportar el dolor; pronto quedo desmayado cerca de una playa, lugar donde fue encontrado por compatriotas suyos, una familia de pescadores que le brindo alojamiento pese a que darle refugio los ponía en riesgo.
Todavía Suecia estaba lejos, a unos 130 kilómetros de distancia, pero el fugitivo sabía que no debía esperar más con aquella familia, así que emprendió de nuevo su camino, herido y con los alemanes buscándole por todos lados. Pese a ello, durante su travesía fue ayudado por habitantes locales quienes le brindaban techo, alimentos y la indumentaria para resistir el clima.
El infortunio se volvió a hacer presente cuando Jan bajaba por una ladera de la montaña Jaeggevard, siendo atrapado casi todo su cuerpo por una avalancha, misma que lo dejo inconsciente por varias horas, tiempo en el que sus ojos recibieron el reflejo del sol en nieve provocándole una ceguera temporal que le hizo caminar a tientas una vez liberado de la nieve. |
Así en esas condiciones Jan fue a toparse con la cabaña de otro compatriota, Marius Gronwold, un comerciante que decidió apoyarlo para que llegara a tierras suecas. Para lograrlo se requirió el apoyo de otros comerciantes locales que cooperaron en la adquisición de un trineo, varios renos y un puñado de guías que conocían bien la zona y llevarían seguro al convaleciente Jan.
Casi dos semanas más tarde el viaje dio inicio, casi sin contratiempos en la primera mitad, hasta que al llegar al sitio donde se trasbordaría no había nada, el otro grupo no estaba. Regresar no era opción, así que mientras los guías lapones volvían por ayuda, Jan fue metido en un hoyo cavado en la tierra, cubierto por ramas y dejado a su suerte.
Por culpa del constante patrullaje germano, Marius y los guías no pudieron volver sino hasta un mes después, temiendo encontrar a Jan muerto, lo cual no sucedió, debido a que las provisiones que se quedaron acompañándole le habían mantenido vivo. Ahora ya con un nuevo trineo y renos, solo quedaban unos pocos kilómetros para tocar suelo neutral.
Había que atravesar un lago congelado y tras unos metros estaba la línea fronteriza, en eso unos renos salvajes que habitaban la zona se les unieron por instinto, formando un impresionante contingente de varias centenas de astados, un espectáculo que también trajo problemas por lo visible que los hizo, siendo descubiertos por un grupo de soldados alemanes que de inmediato fueron sobre ellos.
Los disparos les llovían de nuevo, era irónico que fueran atrapados tan cerca de la libertad, 50, 35, 20 metros... Era desesperante lo poco que faltaba y se hacia una eternidad llegar... Hasta que ¡cruzaron y siguieron avanzando!; los soldados germanos se detuvieron en la frontera y solo vieron como se perdían sus objetivos en la lejanía. El asombroso escape de Jan había terminado con éxito, meses más tarde ya recuperado, continuaría su lucha en el bando aliado para lograr la libertad de su nación.
Casi dos semanas más tarde el viaje dio inicio, casi sin contratiempos en la primera mitad, hasta que al llegar al sitio donde se trasbordaría no había nada, el otro grupo no estaba. Regresar no era opción, así que mientras los guías lapones volvían por ayuda, Jan fue metido en un hoyo cavado en la tierra, cubierto por ramas y dejado a su suerte.
Por culpa del constante patrullaje germano, Marius y los guías no pudieron volver sino hasta un mes después, temiendo encontrar a Jan muerto, lo cual no sucedió, debido a que las provisiones que se quedaron acompañándole le habían mantenido vivo. Ahora ya con un nuevo trineo y renos, solo quedaban unos pocos kilómetros para tocar suelo neutral.
Había que atravesar un lago congelado y tras unos metros estaba la línea fronteriza, en eso unos renos salvajes que habitaban la zona se les unieron por instinto, formando un impresionante contingente de varias centenas de astados, un espectáculo que también trajo problemas por lo visible que los hizo, siendo descubiertos por un grupo de soldados alemanes que de inmediato fueron sobre ellos.
Los disparos les llovían de nuevo, era irónico que fueran atrapados tan cerca de la libertad, 50, 35, 20 metros... Era desesperante lo poco que faltaba y se hacia una eternidad llegar... Hasta que ¡cruzaron y siguieron avanzando!; los soldados germanos se detuvieron en la frontera y solo vieron como se perdían sus objetivos en la lejanía. El asombroso escape de Jan había terminado con éxito, meses más tarde ya recuperado, continuaría su lucha en el bando aliado para lograr la libertad de su nación.
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