LA MANIOBRA KEYES
Derrotando al covenat VIERNES 13 DE JUNIO DE 2014
«Cuando
la batalla nos presenta pocas opciones para obtener la victoria, es debido a
que estamos usando las estrategias equivocadas»
Julio 17 de 2552, el comandante Jacob Keyes se encuentra en su primera misión de patrullaje en el sistema que rodea al planeta Sigma Octanus IV, su nave asignada es el Iroquis, un veterano destructor de la UNSC, pesado, poco maniobrable, y ya con su historia de combates; armado con dos cañones MAC (cañones de aceleración magnetica), una veintena de vainas de misiles archer, tres ojivas nucleares del tipo "shiva" y protegido con un blindaje de titanio tipo "A" de más de dos metros de espesor. Quizá lo único que se echaba en falta es que no había IA que controlara los cálculos de astrogación, navegación, defensa y ataque de punto, así que los cálculos se tenían que hacer manualmente. Pero Keyes no podía pedir más, ya era mal visto por sus compañeros, que no lo consideraban competente para estar al mando de una nave, y si, para su antiguo puesto como profesor de navegación. Con el vector de salida fijado, el patrullaje estaba por concluir, el reporte seria un afortunado "sin novedad", cuando una alerta del puesto de vigilancia Arquímedes apareció en la pantalla, dicha alerta mostraba una silueta masiva que parecía aproximarse hacia Sigma Octanus, keyes no tardó en compararla con la figura de las naves conocidas del covenat, comparativo que sin lugar a dudas coincidía, hizo cálculos sobre la variación de tamaños por la curvatura del slipspace y sus resultados le hicieron cambiar su semblante. |
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De inmediato ordenó a su oficial de
comunicaciones un enlace de emergencia con el FLEETCOM (alto mando de la UNSC),
para comunicar la emergencia al almirante Michael Stanforth, el aviso de cuatro
naves enemigas, tipo fragata covenat, lo que era una grave situación, donde
el Iroquis tenía todas las de perder, ya
que generalmente se necesitaba superar en numero al covenat para así ganar,
Stanforth solo pudo asegurar que toda nave en el sector iría en su ayuda, pero
el tiempo de llegada podía ser una hora o un mes; cuando la batalla se
decidiría en apenas minutos...
El comandante Keyes inició los
preparativos de batalla, preparó a sus oficiales, quitó los seguros a las armas, calentó los
reactores e inició los códigos del protocolo "Cole" (borrar toda
información presente en la nave, y en especifico la ubicación de la tierra). No
pasaron ni cinco minutos cuando una ruptura del slipspace se abrió y dejo salir
a dos fragatas covenat, pero atrás de ellas venia un carguero y algo mucho
peor, un destructor, nave que solo podía ser derrotada por más de 5 naves
humanas en conjunto; sin esfuerzo haría añicos al Iroquis con uno solo de sus
disparos. La sangre de todos los oficiales se heló, la de Jacob de igual
manera, pero él no podía darse ese lujo, él estaba al mando y el Iroquis era lo
único que se oponía a que ese destructor cristalizara el planeta, acabando con
los 16 millones de habitantes en Sigma Octanus IV...
Lo extraño fue que la formación enemiga parecía ignorarlo, el carguero se pocisiono en órbita y soltó naves de inserción, mientras el destructor permaneció a medio camino entre las fragatas, las que solo encendieron sus armas a modo disuasivo, permaneciendo estáticas a varios miles de kilómetros. pero no había tiempo para hacer conjeturas ni aguardar a que sucediera algo mas; el pesado Iroquis tomó curso a toda velocidad hacia el enemigo. De los costados de las corbetas salieron dos disparos, dos enormes pernos de plasma para acabar con la nave humana, Keyes ordenó preparar los propulsores de reserva, dichos propulsores funcionaban con una mezcla química muy volátil, y estaban ubicados en puntos reforzados del casco, para así soportar las tremendas fuerzas de viraje, además ordenó disparar hacia atrás, en dirección opuesta un cohete equipado con una ojiva shiva, sin cronómetro ni sensor de proximidad, solo con detonador remoto.
Lo extraño fue que la formación enemiga parecía ignorarlo, el carguero se pocisiono en órbita y soltó naves de inserción, mientras el destructor permaneció a medio camino entre las fragatas, las que solo encendieron sus armas a modo disuasivo, permaneciendo estáticas a varios miles de kilómetros. pero no había tiempo para hacer conjeturas ni aguardar a que sucediera algo mas; el pesado Iroquis tomó curso a toda velocidad hacia el enemigo. De los costados de las corbetas salieron dos disparos, dos enormes pernos de plasma para acabar con la nave humana, Keyes ordenó preparar los propulsores de reserva, dichos propulsores funcionaban con una mezcla química muy volátil, y estaban ubicados en puntos reforzados del casco, para así soportar las tremendas fuerzas de viraje, además ordenó disparar hacia atrás, en dirección opuesta un cohete equipado con una ojiva shiva, sin cronómetro ni sensor de proximidad, solo con detonador remoto.
La histeria en el puente de mando era
inminente, los disparos de plasma se
mostraban con vivos colores en las pantallas, golpearían la nave en
minutos y las acciones del Keyes parecían una locura, pero cuando el impacto
era inminente sobre la nariz de la nave, el comandante da la orden de encender los propulsores de
reserva, una reacción muy violenta hizo el Iroquis girará sobre su costado hacia
la izquierda, de forma que, logra esquivar por cientos de metros los disparos
enemigos, solo por un instante, ya que aquellas bolas ardientes dan la vuelta,
casi como si fueran misiles guiados.
Keyes pide tomar rumbo a toda velocidad hacia el destructor covenat, los reactores ya rozaban el 150% de capacidad, la maniobra planeada es intuida por todos, un suicidio, tanto que el oficial Jaeggers pretende amotinarse, situación que Keyes corta con una orden tajante de obedecer o ser relevado.
Al destructor covenat parece no importarle la trayectoria de la nave humana, los escudos de energía en esas naves son increiblemente resistentes y tal vez solo se debilitarian con el impacto. Ese exceso de confianza es el arma de Keyes, que activa de nuevo los motores laterales y el choque se da entre la parte superior de la nave enemiga y la inferior del Iroquis, todo rechina, cruje y hay múltiples explosiones por doquier en la nave humana, por su parte, la nave covenat solo pierde su escudo exterior, quedando prácticamente ilesa; no obstante aquellos disparos de plasma que venían tras el Iroquis si hacen blanco en ella, haciéndola arder, dejando a la vista secciones internas enteras. Situación inmejorable para Keyes, así que da la orden inmediata de disparar el 70% de las vainas de misiles archer sobre la dañada nave covenat.
El destructor enemigo recibe los impactos de cientos de misiles sobre su estructura, se hincha, explota y violentas explosiones internas lo destrozan, dejándolo a la deriva, cayendo en Sigma Octanus, donde ardera en la atmósfera.
Ahora, el Iroquis se interna en el espacio gravitatorio de Sigma Octanus, para así moverse con el impulso del planeta, recorrer el lado oscuro del mismo y así enfriar los reactores, para llegar por detrás de las fragatas enemigas. Fueron siete minutos los que le tomó hacer esto y quedar de nuevo ante las dos amenazas restantes, quienes de inmediato encendieron sus armas de plasma.
Como un punto minúsculo en el espacio, y al parecer imperceptible para las fragatas, venia el cohete lanzado minutos atrás, había descrito una eliptica que keyes había programado inteligentemente, accionando el interruptor justo cuando el cohete pasó en medio de las naves; que fueron tragadas en una gran explosión nuclear; todos permanecieron expectantes hasta que, tras el destello resurgieron las naves covenat intactas, pero sin escudos.
Keyes pide tomar rumbo a toda velocidad hacia el destructor covenat, los reactores ya rozaban el 150% de capacidad, la maniobra planeada es intuida por todos, un suicidio, tanto que el oficial Jaeggers pretende amotinarse, situación que Keyes corta con una orden tajante de obedecer o ser relevado.
Al destructor covenat parece no importarle la trayectoria de la nave humana, los escudos de energía en esas naves son increiblemente resistentes y tal vez solo se debilitarian con el impacto. Ese exceso de confianza es el arma de Keyes, que activa de nuevo los motores laterales y el choque se da entre la parte superior de la nave enemiga y la inferior del Iroquis, todo rechina, cruje y hay múltiples explosiones por doquier en la nave humana, por su parte, la nave covenat solo pierde su escudo exterior, quedando prácticamente ilesa; no obstante aquellos disparos de plasma que venían tras el Iroquis si hacen blanco en ella, haciéndola arder, dejando a la vista secciones internas enteras. Situación inmejorable para Keyes, así que da la orden inmediata de disparar el 70% de las vainas de misiles archer sobre la dañada nave covenat.
El destructor enemigo recibe los impactos de cientos de misiles sobre su estructura, se hincha, explota y violentas explosiones internas lo destrozan, dejándolo a la deriva, cayendo en Sigma Octanus, donde ardera en la atmósfera.
Ahora, el Iroquis se interna en el espacio gravitatorio de Sigma Octanus, para así moverse con el impulso del planeta, recorrer el lado oscuro del mismo y así enfriar los reactores, para llegar por detrás de las fragatas enemigas. Fueron siete minutos los que le tomó hacer esto y quedar de nuevo ante las dos amenazas restantes, quienes de inmediato encendieron sus armas de plasma.
Como un punto minúsculo en el espacio, y al parecer imperceptible para las fragatas, venia el cohete lanzado minutos atrás, había descrito una eliptica que keyes había programado inteligentemente, accionando el interruptor justo cuando el cohete pasó en medio de las naves; que fueron tragadas en una gran explosión nuclear; todos permanecieron expectantes hasta que, tras el destello resurgieron las naves covenat intactas, pero sin escudos.
Las fragatas quedaron inmóviles tras la
explosión debido al PEM (pulso electromagnético) lo que las hizo blanco fácil
de los disparos MAC del Iroquis, partiendo a una por el centro, y a la otra atravesándola de lado a lado, de proa a
popa, sus sistemas no pudieron controlar el plasma de sus armas y se fundieron
en el espacio. El trasporte carguero restante, ya no combatió y huyó a traves
del slipspace, abandonando a las tropas del covenat en el planeta. Los
oficiales en el puente de mando no tardaron en felicitar a Keyes, su maniobra
había sido magnífica y con ella había salvado millones de vidas, pero él solo
estaba pensativo, ya que el covenat nunca se rendía, siempre peleaban hasta la última
nave.
Horas más tarde, la zona estaría plagada de naves humanas, la forma tan heroica, y sin asistencias de IA en que el comandante Keyes había derrotado al covenat ya era llamada. "La maniobra Keyes". Acto que le valió el ascenso a capitán y el merecido respeto entre los oficiales de la UNSC.
Horas más tarde, la zona estaría plagada de naves humanas, la forma tan heroica, y sin asistencias de IA en que el comandante Keyes había derrotado al covenat ya era llamada. "La maniobra Keyes". Acto que le valió el ascenso a capitán y el merecido respeto entre los oficiales de la UNSC.
>Esta historia se sitúa dentro del universo
del videojuego "Halo".<
La humanidad, tras descubrir el Slipspace (técnica para viajar enormes distancias por el espacio), se avoca a descubrir y colonizar mundos, primero lugares cercanos como Marte y lunas de Jupiter; para después internarse en los confines de la galaxia, es en uno de estos lugares donde se toma contacto con el "Covenat", una alianza de especies extraterrestres que buscan vestigios de los Forerunners (otra especie ya extinta), pero para el Covenat la humanidad es una herejía que se interpone en su camino y debe ser aniquilada, lo que inicia una feroz guerra, donde los humanos prácticamente están contra las cuerdas...
La humanidad, tras descubrir el Slipspace (técnica para viajar enormes distancias por el espacio), se avoca a descubrir y colonizar mundos, primero lugares cercanos como Marte y lunas de Jupiter; para después internarse en los confines de la galaxia, es en uno de estos lugares donde se toma contacto con el "Covenat", una alianza de especies extraterrestres que buscan vestigios de los Forerunners (otra especie ya extinta), pero para el Covenat la humanidad es una herejía que se interpone en su camino y debe ser aniquilada, lo que inicia una feroz guerra, donde los humanos prácticamente están contra las cuerdas...
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