
Por Anthony Vásquez
Cazador de historias
@Thaulh
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LA MARCHA DE LA MUERTE
Historias de la Segunda Guerra Mundial #ViernesDeHistorias
Historias de la Segunda Guerra Mundial #ViernesDeHistorias
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VIERNES 5 DE JUENIO DE 2015 La guerra en el pacífico, enmarcada dentro de la segunda guerra mundial, constituyó una etapa de enfrentamientos memorables y crueles como sus similares europeos, pero con el añadido que aquí la situación climática y orográfica tuvo carácter decisivo para morir o vencer.
Una de estas ocasiones tuvo lugar en Filipinas, 1941, dentro de las operaciones japonesas para atacar Pearl Harbor, también estaba incluido un despliegue táctico para neutralizar posiciones de los aliados en zonas del pacífico. |
Una acción que gracias a su excelente planeación tuvo logros más que significativos, pronto, los aeródromos, muelles y demás bases enemigas fueron destruidas e inutilizadas, para los soldados sobrevivientes, unos 70 mil elementos entre filipinos y americanos, no quedo más que tomar la retirada, una acción de doble filo, ya que se adentraron en la península de Bataán, quedando encerrados por el mar y el enemigo que venía tras ellos.
El avance japonés se detuvo cuando tuvieron la seguridad de haber inutilizado a los aliados, sin comunicaciones, alimentos y medicinas, los soldados americanos y filipinos comenzaron a sufrir de hambre, enfermedades y el rigor de una selva sofocante y llena de peligros.
Tuvieron que pasar cuatro meses de penurias hasta que no les quedo de otra a los sitiados y tuvieron que rendirse, acción que no trajo nada bueno, ya que los japoneses no atendieron a los desnutridos y enfermos, en cambio los obligaron a unirse con los grupos de cien en cien en que dividieron a los ahora prisioneros, para ser trasladados hasta una base americana Campo O'Donnell, tomada en las incursiones ocurridas meses antes, un lugar ubicado a mas de 100 km de distancia. La marcha de la muerte, como es conocido este penoso hecho, fue dividida en tres partes, dos recorridos a pie de 90 y 12 km y otro intermedio en tren, un viaje de pesadilla para los prisioneros, en el no recibieron casi nada de alimentos y eran víctimas de malos tratos, se les privaba de agua, descanso y debían defecar y orinar caminando, si alguno enfermaba o se desmayaba, se procedía a ejecutarlo a base de bayoneta o decapitándolo frente a sus compañeros. Como era de esperarse las muertes estaban a la orden del día, y pronto fue tanto el hartazgo de los soldados japoneses que ya no se tomaban la molestia de recoger los cuerpos o decapitarlos, solo los atropellaban o les disparaban a la menor señal de debilidad. Una vez en el tren, a la usanza nazi, fueron hacinados a tope en los vagones, incluso algunos murieron parados hasta que llegaron al siguiente punto a pie, quedaba una decena de kilómetros a Campo O'Donnell, la recta final que sumo otros tantos decesos a una cifra que ronda los 10,000 muertos. |
Debido a su número los prisioneros fueron repartidos en varios campos, Cabanatuan, Palawan, O'Donnell, entre otros; posteriormente clasificados entre enfermos y sanos, así dejaron morir a unos y a otros los pusieron a trabajar como esclavos en diferentes enclaves japoneses. Así transcurrieron casi cuatro años, buena parte de la guerra, hasta que Japón no pudo defender sus posiciones y por fin los cautivos fueron rescatados poco a poco, otros por desgracia no corrieron la misma suerte y fueron ejecutados de inmediato por los guardias al saber que las fuerzas americanas se aproximaban.
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