
Por Anthony Vásquez
Cazador de historias
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YERSINIA PESTIS
El Terror de Europa
El Terror de Europa
VIERNES 24 DE OCTUBRE DE 2014
Durante muchos años nadie supo que era y
mucho menos la forma de curarla, su procedencia es aún incierta, atribuida al demonio o a un castigo divino que no
reconocía sexo, raza, edad ni posición social, esa era la peste. Aparecía súbitamente, una fiebre
incontrolable postraba al enfermo y al poco tiempo los ganglios de las axilas
se hinchaban como grandes tumores (de ahí el nombre "peste
bubónica"), y más tarde los de las inglés y demás partes del cuerpo; con
el pasar de los días manchas similares a hematomas aparecían en todo el cuerpo,
se escupían flemas apestosas y los excrementos y la orina sanguinolenta y
oscura lo eran aún más, todos los síntomas se vivían acompañados de un intenso
dolor que la infortunada víctima soportaba hasta su muerte.
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El cuidado del enfermo recaía casi
siempre en los familiares, motivo por el que muchos enfermos eran dejados a su
suerte en la calle, o abandonados lejos de la ciudad, al principio habían
quienes transportaban en carretas los cuerpos, ya fueran cadáveres o estuvieran
agonizantes, pero llego el momento en que nadie quería hacerlo, ni siquiera
bajo la oferta de una alta suma de dinero.
La peste tiene un dudoso origen y siempre se caracterizó por aparecer con brotes explosivos y luego desaparecer súbitamente, así en esa forma fue como asoló al mundo en tres grandes ocasiones. Se cree que salió de la india hacia Mongolia y a Sicilia, para saltar rápidamente a Génova y Venecia, donde la abundancia de actividades comerciales favoreció su diseminación a todo el continente hasta llegar a oriente medio, y de ahí volvió con dirección al norte de África; gracias a las caravanas de mercantes.
La peste tiene un dudoso origen y siempre se caracterizó por aparecer con brotes explosivos y luego desaparecer súbitamente, así en esa forma fue como asoló al mundo en tres grandes ocasiones. Se cree que salió de la india hacia Mongolia y a Sicilia, para saltar rápidamente a Génova y Venecia, donde la abundancia de actividades comerciales favoreció su diseminación a todo el continente hasta llegar a oriente medio, y de ahí volvió con dirección al norte de África; gracias a las caravanas de mercantes.
Otros factores decisivos en la pandemia
fueron la ignorancia y la escasa higiene de la época, sobretodo en lo que al
manejo de desechos, los drenajes corrían a cielo abierto, las personas dejaron
de bañarse por creer que el agua transmitía la peste y la sanidad de los
alimentos era casi inexistente; esto último hizo posible que las ratas, otro
hospedador de la peste proliferara y dispersara al vector real de todo el caos;
la pulga de la rata.
Las ratas son hospedadoras y víctimas naturales de la bacteria "yersinia pestis" que provoca la peste, la pulga es el vector que las infecta, y cuando las circunstancias lo permiten el hombre y otros mamíferos también son picados y contagiados, situación favorecida en aquellas épocas. |
Entre 1347 y 1351 la peste acabo con la
tercera parte de la población europea, después desapareció pero volvió para
1361 y se mantuvo esporádicamente hasta 1369, de ahí tuvo incidencias menores
hasta que reapareció entre 1899 y 1918 en América. De ahí en adelante se
mantiene "dormida" gracias a los nuevos sistemas sanitarios, las
vacunas y el control de las plagas, aunque no deja de estar presente en casi
todo el mundo, contando con dos variantes más que son la peste pulmonar y la
septicémica, la primera con más poder de contagio al respirar las exhalaciones
del enfermo, y la segunda porqué infecta la sangre y provoca la muerte en
cuestión de horas.
Hoy en día hay dos epidemias que nos recuerdan aquellos tiempos de la peste, son el VIH y el ébola, dos asesinos que todavía no pueden ser controlados y que ya han llevado entre los dos a cientos de miles de personas a la tumba; todavía muy por detrás de los casi 200 millones de muertos que ha provocado la peste a lo largo de la historia.
Hoy en día hay dos epidemias que nos recuerdan aquellos tiempos de la peste, son el VIH y el ébola, dos asesinos que todavía no pueden ser controlados y que ya han llevado entre los dos a cientos de miles de personas a la tumba; todavía muy por detrás de los casi 200 millones de muertos que ha provocado la peste a lo largo de la historia.
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