LA PIEDRA ENCANTADA
Historias del Brasil profundo VIERNES 20 DE JUNIO DE 2014
Pernambuco, Brasil. Corre el año de 1836
cuando un forastero llamado João Antõnio dos Santos llega al pueblo de
Villa Bella, de apariencia mestiza y labia fluida, João recorre el lugar
contando una fantástica historia sobre el rey portugués Don Sebastião, que se
había aparecido ante él y que le había guiado a una laguna donde había
diamantes por doquier, para muestra cargaba decenas de ellos y se los enseñaba
a los incrédulos campesinos. La imperante pobreza, ignorancia y opresión
latifundista de la zona, favoreció que los lugareños fueran presa de la
historia y concedieran todo lo que João pedía: animales, dinero, favores,
etcétera; con el fin de así pagar su entrada en el reino de Don Sebastião. La noticia no tardó en llegar a oídos de
un misionero local, el padre Francisco José Correia de Albuquerque, quien de
inmediato tomó cartas en el asunto, dejando en descubierto que todo había sido
un engaño de João para obtener la dote que necesitaba para casarse con una mujer de
nombre María. Además de eso, los diamantes solo eran piedras sin valor, el
embaucador y su esposa fueron expulsados de Villa Bella y por un tiempo no se
supo nada de ellos.
Pasados dos años de aquel incidente en Villa Bella, la historia se torno más sangrienta cuando un mozo que se daba por perdido hacia días, regresó horrorizado a casa de su amo, el coronel Manoel Pereira da Silva. |
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El expulsado João dos Santos había reunido a otros fanáticos "sebastianistas" en una lugar
dentro de la selva donde dos rocas se alzaban como
columnas, mismas que usaban a modo de adoratorio y que bautizaron como
"Piedra Bonita". Ahí proclamaron como
segundo rey provisional a un tal João Ferreira, a diario celebraban
ceremonias, consumían bebidas alucinógenas y practicaban orgias. Pero lo peor
vino cuando João dos Santos dijo haber soñado a con Don Sebastião, que
este le dijo estar triste por que no podía volver a su reino y traer la riqueza y prosperidad
soñada, para lograrlo era necesario hacer sacrificios.
Las escenas sangrientas iniciaron casi de inmediato, el 14 de mayo de 1838, los voluntarios abundaban, dominados por el fanatismo y las bebidas alucinógenas, tanto que de inmediato se abrazaron a las rocas de su "templo", para que su cabeza fuera aplastada o simplemente degollados, pero el fervor estaba demasiado encendido, los voluntarios se acabaron y comenzaron a tomar a cualquiera para sacrificarlo.
Sin más voluntarios, los niños fueron la primera opción para continuar los sacrificios, acuchillados o arrojados desde lo alto, unos en brazos junto con sus padres, para así "renacer juntos en el reino". |
La matanza acabó hasta
el día 17 de mayo, cuando deciden
sacrificar al rey João Ferreira, para así adelantar la venida del reino, le rompen la
cabeza, lo destripan y cuelgan su cuerpo entre los árboles. En esos cuatro días fueron sacrificados:
12 hombres, 11 mujeres, 30 niños y 14 perros. Para ese entonces la putrefacción
de los cadáveres hacia insoportable la estadía, así que levantaron el
campamento y partieron en busca de un lugar donde esperar la venida de Don Sebastião,
topándose en el camino con las tropas del coronel Pereira, y suscitándose una
refriega donde mueren una veintena de sebastianistas, los restantes son
capturados, a excepción de Dos Santos que logra escapar.
Como condena la mayoría de los adultos reciben cadena perpetua y trabajos forzados, a las mujeres les dan penas menos duras y a los niños sobrevivientes los adoptaron familias de Villa Bella. João dos Santos por su parte, es encontrado difundiendo su fe en un pueblo minero, ahí opone resistencia y es asesinado por la policía.
Como condena la mayoría de los adultos reciben cadena perpetua y trabajos forzados, a las mujeres les dan penas menos duras y a los niños sobrevivientes los adoptaron familias de Villa Bella. João dos Santos por su parte, es encontrado difundiendo su fe en un pueblo minero, ahí opone resistencia y es asesinado por la policía.
Sobre
Don Sebastião
Don Sebastião fue un rey de Portugal, que en 1578 emprendió una cruzada para conquistar el reino Marroquí y arrebatarlo a los turcos, pero aun a pesar de reunir un ejército de 17.000 hombres, no fue suficiente porqué la mayoría no eran soldados experimentados, por lo que sufrió la derrota a manos del marroquí Abd al-Malik. Su leyenda surgió pocos días después de la batalla, ya que nadie le vio caer herido o muerto, y tampoco encontraron sus pertenencias, esto ocurrió mucho después, así que entre los sobrevivientes de la batalla surgió la firme creencia que yacía escondido esperando el momento para resurgir y ganar la guerra; pensamiento que dio origen a la corriente de los sebastianistas, una suerte de secta que esperaba por el regreso del rey, y con él, una edad de prosperidad. |
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