MÍRATE BIEN
Por Ernesto H. Carraso
Por Ernesto H. Carraso
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JUEVES 25 DE JUNIO DE 2015
Eso que tú llamas “el pueblo” no son solamente tu compadre Elías ni tu amigo el “comandante” Loredo ni tu amante Cleta. El pueblo es una comunidad más grande. Tampoco eso que llamas “modernidad” es llenar las calles de concreto. Para empezar, sólo hay tres autos en el pueblo: el de la policía, el tuyo y el de tu compadre, y gracias a eso, lo que obtuviste es que la escuela primaria se quedara sin alumnos. ¿Que cómo? Pues cómo no, si los pobres niños se queman los pies con el concreto, prefieren irse a quemar la espalda a la milpa. ¿Que mejor las minas? ¿Que ahí no les pega el sol? No, no me jodas, una cosa es una cosa y otra cosa son tus tarugadas. ¡Ah! Y “progreso” o “bienestar” no es llenar de alumbrado público el camino que va a tu rancho, ni mandar a poner un tecnológico para que la única alumna sea tu hija.
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¿Que la escuela lo mandaste a traer porque van a venir las fábricas? ¡Nooo! cambiar el uso del suelo para que el parque industrial reemplace la agricultura no los hará más ricos. Llenar de concreto la tierra más fértil nunca funcionó, sino pregúntale a los tabasqueños que luego se quejan de las inundaciones. ¿Que es mejor ser odiado que amado? ¡Ah chirrión! ¿Y de dónde me sacaste eso? Porque déjame decirte, tú…mírate, tú y el comandante no creo que se puedan defender, ya no digamos de la turba enardecida sino de unos ladronzuelos de ganado.
¿Que en el pueblo sólo tus polainas mandan? ¡Híjole! No sé, si no mal recuerdo, estuviste a punto de perder la elección; de no ser por esa pistola que estás sacando ahorita, yo diría que tu contrincante arrasaba.
¿Que me largue? Pues si quieres, pero eso no te quita lo pésimo gobernante.
Por cierto, te ruego que no dejes al mando a tu señora. Ya suficiente tuvimos contigo, entre tu dichosa diputación a la que aspiras y otros tres años más de ustedes acá en el municipio, pues mejor que nos expropien toditito las mineras. ¿Que estoy detenido? ¿Que me vas aplicar la ley a mí? Hazle como quieras viejo panzón. Mucha suerte con el espejo.
¿Que en el pueblo sólo tus polainas mandan? ¡Híjole! No sé, si no mal recuerdo, estuviste a punto de perder la elección; de no ser por esa pistola que estás sacando ahorita, yo diría que tu contrincante arrasaba.
¿Que me largue? Pues si quieres, pero eso no te quita lo pésimo gobernante.
Por cierto, te ruego que no dejes al mando a tu señora. Ya suficiente tuvimos contigo, entre tu dichosa diputación a la que aspiras y otros tres años más de ustedes acá en el municipio, pues mejor que nos expropien toditito las mineras. ¿Que estoy detenido? ¿Que me vas aplicar la ley a mí? Hazle como quieras viejo panzón. Mucha suerte con el espejo.
Hugo H. Carrasco es un politólogo que en sus ratos no libres escribe.
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