TARATARA
  • SECCIONES
    • Bienestar
    • Celebridades
    • Cultura Hipster
    • Entrevistas
    • Glamour
    • Perspectiva Deportiva
    • Playlist
  • STAFF
  • CONTACTO
  • FRASES Y PENSAMIENTOS
  • SECCIONES
    • Bienestar
    • Celebridades
    • Cultura Hipster
    • Entrevistas
    • Glamour
    • Perspectiva Deportiva
    • Playlist
  • STAFF
  • CONTACTO
  • FRASES Y PENSAMIENTOS

Imagen
Por Ramón G. Amador
Cinéfilo de corazón
@RAV2K13


EL DÍA QUE CONOCÍ A JAMES BOND
Mi selfie con Daniel Craig

Imagen
LUNES 9 DE NOVIEMBRE DE 2015
La gran mayoría lo encuentra en Star Wars, muchos otros en Lord of The Rings, los más jóvenes en Harry Potter y muchos adolescentes en The Hunger Games. Me refiero a esos cuentos de hadas modernos que logran convertirse en parte de nuestras vidas y que inclusive nos llegan a definir como personas. Crecemos con ellos, jugamos con ellos, nos acompañan en nuestros momentos más tristes y cada que los volvemos a encontrar nos hacen sonreír, incluso en los días más difíciles. Es por eso que resulta indispensable contar con alguno de ellos y en mi caso este se llama Bond… James Bond.
Un poco de historia
No recuerdo si mi primer encuentro con el famoso agente ingles se dio cuando vi “Solo para tus ojos” en aquella videocasetera Betamax  que mi papá le compró al señor de la tienda de la esquina que vendía fayuca, o quizás por medio de los juguetes de la compañía Mattel que se producían en los años 80’s. Aún recuerdo la felicidad que me dio encontrar en el sillón de la sala un día de reyes “el helicóptero de James Bond”, un juguete bastante codiciado por los niños de esa época.

Conforme pasaron los años comenzó una búsqueda desenfrenada por intentar armar la colección completa de películas de James Bond visitando videocentros, recorriendo  tianguis y mercados. En aquellos días uno encontraba las películas en desorden y sin la ayuda de los padres era casi imposible saber con certeza cuantas películas existían. Así que fui viendo cada una de ellas conforme las iba descubriendo, de Roger More saltaba a Sean Connery y viceversa. No fue hasta “Licencia Para Matar” de 1989 que recuerdo haber visto mi primera película de Bond en el cine a la edad de 13 años. A partir de ese momento Bond se volvió parte de mi vida, convirtiéndose cada estreno en una experiencia única, llena de emoción y alegría sin importar lo buena o lo mala que resultara ser la película en cuestión comparadas con otras de la saga. Lo que nos trae hasta el día hoy, en el que les comparto lo que considero uno de los mejores días de mi vida.
El gran día
El encuentro con mi héroe se dio el pasado lunes 2 de Noviembre en la premiere de las Americas que se llevó acabo en el Auditorio Nacional. Los boletos para la premiere fueron escasos y en su gran mayoría sólo se podían conseguían a través de una estación de radio que tal parece, había acaparado todas las entradas asignadas para el público en general. De tal manera que me fue imposible conseguir los boletos y no me quedo de otra que acudir a la premiere únicamente en status de mirón.

Mentiría sino les dijera que llevaba en mi mente la ilusión de tomarme una selfie con Daniel Craig después de ver lo acontecido en la premiere de Spectre en Londres, en la que pude observar que el mismísimo James Bond se tomaba alguna que otra fotografía con los fans que se lo pedían.

​La misión no era nada sencilla pero para lograrla convencí a mi papá y a mi novia que me acompañaran desde temprano para estar a la caza de alguna de las estrellas de la película. La información en internet decía que el evento comenzaba a las 17:30 horas, así que después de comer unas ricas alitas a unas cuantas cuadras del auditorio, llegamos al lugar a las 15:30 horas.

​Una valla rodeaba la banqueta del auditorio y la parte en la que comenzaba la alfombra roja ya estaba ocupada por una decena de personas, que hacían imposible que uno lograra encontrar un buen lugar en esa zona. Por lo tal, decidimos avanzar unos cuantos metros hacia delante, justo enfrente de las pantallas verticales que mostraban el trailer de la película y colocarnos ahí con la ilusión de ver de cerca a los actores de la cinta.
Imagen
Imagen
Al poco tiempo compramos un par de posters a un costo de 30 pesos cada uno y enseguida un par de gorras (con el logotipo de 007 y la palabra Spectre pintada en el frente) para cubrirnos del molesto sol. “No todos los días hay un evento así” - recuerdo escuchar al vendedor al momento de pagarle los 100 pesos por pieza.

Los minutos avanzaban, más gente llegaba al lugar y otros pasaban de largo, no faltó el distraído en preguntar ¿qué era lo que acontecía en el lugar? pese a estar el recinto tapizado de posters y banners con la imagen de la película. La gente se comenzó a desesperar al ver que no había mas que puras pruebas de sonido y ensayos de entrevistas, por lo que algunos decidieron retirarse del lugar, lo que nos permitió avanzar unos cuantos pasos más hacia nuestra izquierda, otorgándonos una posición mas cercana a la alfombra roja y llegar a la parte en que las vallas estaban cubiertas por la publicidad de la película.
Imagen
Mi hermano menor llegó al rededor de las 17:40 justo al momento en que un grupo de jóvenes disfrazados de calacas y catrinas comenzaron a animar el lugar al ritmo de la música, la escena parecía  más propia del carnaval Mardi Gras de Nueva Orleans que de una celebración de día de muertos. Sin embargo, sabemos que simplemente estaban recreando el ambiente que se presenta en la secuencia inicial de la cinta.

Los minutos pasaron y con ellos llegó la noche, después de ver desfilar a un sin número de invitados vip, entre políticos, empresarios y artistas, llegó la primera estrella de la noche… el cantante Sam Smith. De inmediato se escucharon los gritos de la multitud, mientras nosotros solo podíamos ver a lo lejos de quien se trataba. 
Resultaba ser que nuestra posición no era la más favorable de todas, nos encontrábamos en la parte de la valla en la que solo pasaban de largo los autos y camionetas, los cuales no se detenían hasta donde comenzaba la alfombra roja, la cual se dirigía de manera vertical hacia las escaleras del auditorio.  

Al poco tiempo apareció Stephanie Sigman y sólo los que se encontraban al frente de la alfombra lograban conseguir algún autógrafo. Esperando turno, en un automóvil en frente de nosotros parecía estar Batista (el famoso ex luchador de la WWE) al que ahora se le conoce como Dave Bautista. Imposible reconocerlo del todo, los autos traían vidrios polarizados que solo permitían ver una pequeña parte de la figura de quienes los abordaban. De esta manera comenzaron a llegar uno tras otro y para nuestra mala suerte la historia se repetía una y otra vez, todos se bajaban de sus vehículos metros adelante de nuestra posición  y nadie parecía hacernos caso, era como si no formaremos parte del evento.

Minutos después llegó Monica Bellucci  y por más que intentamos llamar su atención… fracasamos, así vimos llegar a Sam Mendes, a los productores Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, a Christoph Waltz, de quien añoraba conseguir un autógrafo (incluso llevaba la portada de mi Blu-ray de Inglourious Basterds) y  minutos después Léa Seydoux, quien lucia despampanante en un vestido rojo   con el cabello recogido. No paso mucho tiempo para que se hicieran presentes los reclamos y quejas de mi hermano y de mi novia… “Mejor nos hubiéramos ido a las escaleras, allí hubiéramos visto todo, aquí nadie nos pela”. Sin embargo, yo todavía tenía la esperanza de que Daniel Craig recorriera toda la fila y nos firmara aunque fuese algunos autógrafos tal cual lo hizo en la premiere de Londres. “La esperanza muere al último” decía yo, mientras seguía sujetando con la mano izquierda mi celular, con la firme idea de que sí se daba el esperado momento, le pediría al Sr. Craig se tomase la codiciada selfie conmigo.
El mágico momento.
En frente de nosotros se encontraba una camioneta esperando su turno por llegar a la alfombra roja, no le preste mucha atención porque a diferencia de las demás  esta era menos llamativa, a mi criterio parecía bastante ordinaria como para que una estrella viniera en ella. Así que por unos segundos me distraje viendo hacia otro lado, creo que todavía se encontraba la hermosa Léa Seydoux dando autógrafos, cuando escuche decir a mi hermano “¡Ahi viene Bond!”… “En esa camioneta esta Bond”.

​Al momento de voltear vi incrédulo a Daniel Craig salir de la camioneta, mi primera reacción fue gritarle “Daniel this way please” (obviamente pronunciando el nombre de Daniel en inglés). 

Al ser el primero en llamarlo por su nombre logré que me volteara a ver, cuando la gente lo descubrió el lugar enloqueció. Daniel se acercó hacia donde estábamos nosotros y comenzó a repartir autógrafos, primero a un par de personas que se encontraban al lado derecho de nosotros y luego a mi papá, a quien le firmó uno de los posters y le estrecho la mano (Por cierto, ¿qué habrá pensado Daniel Craig al ver a un adulto de mayor edad entre la fila de fans?). Después siguió con mi hermano a quien también saludo de mano y posteriormente a mi novia, autografiándole el otro de los posters.
En esos momentos supongo que he de haber estado como loco pidiéndole a Daniel que se tomara una selfie conmigo, la verdad no lo sé, no lo recuerdo muy bien, solo recuerdo  con exactitud que le pase mi celular con la cámara lista y él amablemente lo tomó.

​Para hacer las cosas más emocionantes al momento de pasárselo, de alguna extraña manera se puso la aplicación para filtros de iPhone y yo solo pude decir “fuck”. Daniel Craig se encontraba frente a mi, franqueado por su grupo de seguridad y yo tratándole de decir que botan apretar.
​
​Por un momento pasó por mi mente la idea de que me regresaría el celular y se disculparía, pero por fortuna Daniel Craig al igual que James Bond domina cualquier gadget y de manera veloz quitó el menú de los filtros y apretó el icono para activar la cámara delantera y a continuación realizó lo impensable, sacó la lengua y se tomó la selfie conmigo. Siendo así el primero de la noche en haberse tomado una selfie con él. 

Acto seguido Daniel me regresó el teléfono, no recuerdo como le di las gracias, si fue con un simple “Thank You” o de otra manera, pero seguro vio mi cara de emoción y alegría.

De inmediato publique mi foto en Facebook sin creer todavía que lo había logrado. El lugar siguió con el alboroto de los gritos y Daniel no se cansó de firmar autógrafos, saludar fans y de tomarse alguna que otra selfie con otros afortunados como yo.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
De fanático de James Bond  a admirador de Daniel Craig
No sé si Daniel Craig esta consciente de lo que un pequeño detalle como éste puede significar en la vida de las personas, pero me gustaría pensar que sí.

Por siempre le estaré agradecido, no solo por la selfie, sino por bajarse del auto antes de llegar a la alfombra roja cuando nadie más lo hizo, por saludar de mano a mi papá, por la emoción que le provocó a mi hermano, por la alegría que le ocasionó a mi novia (quien si ser fan me acompaño en toda esta aventura) y por supuesto por haberme cumplido uno de mis grandes sueños de la infancia… Por fin ese día, después de tantos años de seguir a James Bond, al fin pude conocerlo en persona de la mano de Daniel Craig. Un momento imborrable que siempre estará presente en mi mente por el resto de mi vida.
Daniel Craig demostró que además de ser un gran actor, es un gran ser humano, sin duda alguna se merece todo el éxito que tiene. Thank you Mr. Bond!
Nos gusta leer tus comentarios, te invitamos a que los escribas al final de la pagina o en nuestras cuentas de redes sociales.
comments powered by Disqus

Imagen
Con tecnología de Crea tu propio sitio web único con plantillas personalizables.