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Por Anthony Vásquez
Cazador de historias
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TORPEDOS HUMANOS
Los héroes de la decima flotilla

VIERNES 25 DE JULIO DE 2014
Los marinos italianos siempre habían vivido bajo la sombra de sus homólogos británicos. Sus barcos, artillería y estrategias, sucumbían siempre contra la suprema maniobrabilidad, puntería y arrojo de los ingleses. Pero la historia pondría en manos de los peninsulares la oportunidad de cambiar las cosas y pasar a la historia.

Mucho antes de iniciarse las hostilidades entre las dos naciones, ya existía el plan para arrebatarle a los ingleses el dominio del mediterráneo, se idearon todo tipo de barcos y artilugios, muchos que no pasaron del papel y otros que sus prototipos demostraron que eran ineficaces, solo dos ideas tuvieron el suficiente éxito para volverse realidad, las lanchas torpederas y los torpedos humanos.

Las lanchas torpederas eran en simples palabras lanchas que se equipaban con una carga explosiva, los pilotos las guiaban hasta 200 metros antes de su objetivo, luego saltaban y trataban de huir de la explosión o el fuego enemigo.

Los torpedos humanos o "Maiale" (cerdo en italiano), eran más ingeniosos, combinaban las características de un torpedo, una moto y un submarino; podían sumergirse hasta 40 metros, eran tripulados por dos hombres que se sentaban sobre él, mismos que usaban un traje especial con hasta seis horas de autonomía bajo el agua, con la particularidad de no soltar burbujas, evitando con ello alertar al enemigo en la superficie.
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Los dos intrépidos tripulantes debían conducir el torpedo montados en el, sorteando minas y trampas subacuáticas. Una vez llegado a su objetivo, podían desprender la cabeza del "Maiale" y adosarla al barco objetivo; o en el peor de los casos explotar con todo y vehículo.
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Una vez que la guerra había sido declarada, se reunió a todos los vehículos de asalto y destrucción naval en una flotilla, llamada la Xª, misma que fue aislada y mantenida en secreto, para así poder planear el ataque que se realizaría el 10 de Junio de 1940, donde se decidió utilizar los “Maiales” de prueba y así adelantarse para darle un golpe contundente a las fuerzas británicas en el puerto de Alejandría. Pero el ataque ni siquiera pudo sea preparado, ya que el submarino "Iride" que llevaría los torpedos fue hundido tras ser descubierto por un avión espía y posteriormente torpedeado por aviones. Tras el primer fracaso se intentaron dos ataques más contra los buques enemigos en Alejandría, pero los dos submarinos italianos, el "Gondor" y "Scire", no tuvieron suerte, el primero fue hundido y el segundo abortó la misión ya que los barcos objetivos habían salido del puerto.
El movimiento de los objetivos obligó a buscar unos nuevos, siendo elegidos otros barcos, aunque de menor importancia, que se encontraban en Gibraltar, ahí por desgracia los trajes y "Maiales" fallaron en repetidos intentos… el aparato se comenzaba a ver inviable.
Fue hasta el cuarto intento el 20 de Septiembre en 1941 cuando se logró el hundimiento de varios barcos, iniciando con ello una racha de dos años en los que más de una decena de barcos fueron presa de los torpedos humanos.

Tiempo en el que las fuerzas británicas también idearon defensas contra sus silenciosos enemigos; estas incluían desde redes especiales en las bahías, hasta minas de profundidad y el lance de cargas de profundidad en las noches. Las misiones ahora eran mucho más arriesgadas para los intrépidos conductores de los "Maiales", pero había una afrenta que no dejarían pasar, tenían muy clavada la espina de las anteriores fallas en Alejandría y lo intentarían de nuevo aunque les costara la vida.
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La misión era plantar los explosivos en dos barcos de gran importancia, el "Queen Elizabeth" y el "Valiant", además de un buque cisterna. La misión estaría a cargo del capitán Valerio Borghese a borde del "Scire", que llevaría a los pequeños vehículos y su osada tripulación hasta muy cerca de Alejandría.

Encontrándose a una distancia segura, los "Maiales" son descendidos y abordados por sus tripulantes, siendo el líder el vice almirante Luigi Durand, acompañado del buzo Bianchi; las otras dos naves a cargo de dos capitanes y de copilotos con dos buzos respectivamente. De inmediato se enfilaron hacia el puerto, pero al igual que las anteriores ocasiones había dificultades, el muelle estaba cerrado por una red más pesada que la habitual, y sería difícil cortarla, además el traje de Luigi no había sellado bien y el agua le entraba. Quedaba decidir si volver o intentarlo, decidiendo lo último, ya estaban muy adentro para volver derrotados. Y por fortuna la suerte les sonrió, tres destructores llegaron al muelle y les fue abierta la red, momento que aprovecharon para infiltrarse y dirigirse cada pareja a su respectivo objetivo.
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Las cargas en el Queen Elizabeth y el cisterna son puestas son muchos contratiempos, los buzos logran salir y perderse entre los muelles. No así con Luigi y Bianchi, el primero sufriendo del frío por el agua entrando en su traje y el segundo por una falla en el sistema de oxígeno que casi lo deja inconsciente.

Pero pese a todo, la carga es colocada y cronometrada. Los dos arriesgados hombres suben a superficie, donde son capturados y llevados a bordo del "Valiant", ahí son interrogados arduamente por oficiales a bordo pero nada les pueden sacar, el cansancio era tanto que se quedan dormidos.

Sin embargo, el capitán Charles Erik Morgan al mando del barco, sospechaba que habían colocado explosivos; y como forma de presión viola tratados internacionales y manda a encerrarlos en camarotes inferiores, así morirían junto con la explosión. Y en efecto, a la hora prevista la carga del "Valiant" detona y ladea el navío que queda maltrecho, Luigi y Bianchi solo sufren heridas menores, ya que estaban en una ubicación lejos de la explosión.

Los dos prisioneros escapan a cubierta y se encuentran con el capitán Morgan, casi en el justo momento en que el buque cisterna explota en uno de sus costados dañando a otros barcos a su alrededor.
El golpe a la armada naval británica es decisivo, los barcos tardarían meses en ser reparados y a su vez el poderío británico en el mediterráneo llega a su fin. En lo que respecta a los tripulantes de los "Maiales", son llevados a un campo de prisioneros donde aguardaron hasta la rendición de Italia, cuando fueron liberados y volvieron como héroes a su patria..."Los héroes de la décima flotilla".
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